La mayor parte de las actividades humanas dejan algún tipo de testimonio: escritos, fotografías, monumentos, edificios, utensilios, libros, armas, herramientas, etc. De ellos los testimonios escritos son la fuente más importante para el estudio del pasado. La edad antigua, se inicia con la aparición de la escritura, tal vez 3.000 años a.C. y finaliza con la caída del imperio romano de Occidente, en el año 476 d.C. La etapa histórica anterior es, la más antigua y larga, aquella de la que no han quedado fuentes escritas, la que conocemos como prehistoria. Ya que los testimonios que aparecen en este trabajo datan de aproximadamente 5000 años a.C. nos remontaremos a esa época diciendo que hacia el milenio VI a.C aparecen en Egipto las más antiguas culturas del período neolítico, mientras que en el milenio siguiente esas culturas ya asoman en Europa continental. En estas regiones, así como en China y en India las culturas neolíticas son del milenio IV a.C., mientras será el fin de este milenio y el comienzo del siguiente la época de las culturas neolíticas en las Islas Británicas. En definitiva hacia el II milenio a.C. esas culturas se extienden desde China al Atlántico y todas ellas ya están en la llamada “edad de los metales”. Los pueblos del período neolítico se caracterizan ante todo por su estructura económica, la misma es una economía de producción, la que se logra al convertirse el hombre en agricultor y pastor, con ello se hace posible el excedente de alimentos y por lo tanto el trueque entre los pueblos. Hacia el milenio IV a.C. otro tipo de estructura económica regula la vida del hombre prehistórico con el advenimiento de las ciudades y con ella entran en una nueva forma de vida, la civilización. En lo que respecta a este trabajo se manejan hechos producidos en las civilizaciones egipcia, mesopotámica, hindú, china, griega, romana e islámica, por lo que se realizara un esbozo general de las mismas con sus características más salientes sobre todo en lo que respecta a su cultura y religión.
